me pudrí ya
lo dije
estoy podrido
de preguntar al
viento boludeces
retóricas
preguntas preguntadas
abiertas a
los siglos y explicadas
por los
explicadores vacuos
tantas veces
mientras los
peces pasan
por los ojos
herrumbrados de
buey
y ya olvidados
de naufragios
gratuitos
sin respuesta
pidiendo por
un mar de carcajadas
que puedan
apagar los alaridos
de millones
de historias incontadas
por un triste
poeta
triste y torpe
que no sabe cantar
más que pavadas.
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vos bien sabes que el poeta no es ningún "boludo importante" y que sus historias mas hilarantes son las incontadas ;)
ResponderBorrarAhhh,¡qué alivio!... Pensé que estabas podrido de los amigos como yo. Lo dem´s, es puro cuento. Me encanta que hayas vuelto al blog. Si en algún momento me encuentro nuevamente también volveré. Me gustó el poema. Abrazote.
ResponderBorrarA veces me dan ganas de plantarle cara al viento y dejar de preguntarle, que es sabido que se lleva todas las palabras, menos aquellas que se escriben ante notario. Y me dan ganas de escribir aunque sea en un mal poema,las historias incontadas e incontables para reírme en su cara, y dejar de esperar respuestas, y reírme a carcajadas. Me encantó leer tus pavadas.
ResponderBorrarUn abrazo y a la Flaca le dices que tenemos que volver a hacer una reunión en su boliche.
Podrá ser cierto pero, a cierta edad, uno de los placeres eróticos que nos quedan es hacernos preguntas.
ResponderBorrarY en tren de ir para el lado del mar de las carcajadas recuerdo un tema pegadizo del Negro Fontova, que decía:
Me tenés podrido…
Podrido me tenés
¡Salud!
Dice Kundera en "La insoportable levedad del ser" que "las preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre"
ResponderBorrarTal vez haya llegado el momento para usted, Santi, de no preguntar más y dedicarse a tomar la vida como un juego de niños. Ahí, vendrán solas las carcajadas pero no por los naufragios ,sino por la alegría de estar vivo.¿Y si la vida es lo que pasa mientras nos hacemos las Preguntas?Que los filósofos se encarguen de ellas:)
Según Milan Kundera:"Las preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre"
ResponderBorrarSi es así, usted ha llegado a un punto en que tal vez ya no deba preguntar más. Le pido prestada una media frase a Lennon y le pregunto: ¿y si la vida es lo que pasa mientras nos hacemos Preguntas? Tal vez tengamos que perder el título de "intelectuales" y tomar la vida como un juego de niños. Ahí vendrán solas las carcajadas:)
Y sí MAROSA, la vida es lo que pasa mientras nos hacemos preguntas, pero hacerse preguntas forma parte del juego. Y lo de "intelectuales" queda para los que dan respuestas seguras, que son seguras por hoy y no tanto mañana.Creo que intelectuales somos todos, en la medida que usamos la cabeza a veces. El "intelectual" del que desconfiamos es el que intelectualea y no vive.
ResponderBorrarClaro que sí FERNANDO, si se me habrá pegado ese tema del negro "Me tenés podrido me tenés"
ResponderBorrarFLACA, como dice CARMEN, ahora te toca a vos reabrir el boliche. Yo pienso seguir testarudamente aquí, en mi cueva, aunque nadie comente o comenten muy pocos. Me parece que aquí, la levedad del ser que menciona MAROSA, es un poco menos leve que en otros ámbitos.
ResponderBorrarHola "ZULLY", tenés razón. Ya haremos un torneo de historias incontadas, sin contarlas demasiado, para que el otro termine de contarlas.
ResponderBorrarCARMEN: sí, no te quedes con las ganas. Vamos a contarnos lo no contado sin pudores. Como "Historia del inmensamente estúpido hidalgo que vivió 30 años sin darse (casi) cuenta siquiera que los molinos estaban ahí y que no eran molinos, eran verdaderos gigantes repletos de odio"
ResponderBorrarIntelectualea el que incapaz de elaborar ideas propias habla y nos aburre con ideas de los grandes filósofos.Mi comentario repetido por tecnoboba fue intelectualoide. Me tiene sin cuidado lo que diga Kundera, pero la verdad es que estoy harta de la insoportable levedad del ser uruguayo de hoy.Del río de libertad pasamos a un río de goles gritados, de comentarios bloggeros, de "me gusta" en FB, de twits cínicamente inteligentes.En fin, para qué deschavarnos ante los chicos de otros países que pasan por acá.Y , tal vez, quien sabe, ,el malestar del poema tiene raíces más sociales que individuales.
ResponderBorrarAcá falta un payaso medicinal .Jorge P pregunta por Lucía, yo pregunto por Marple, Archimboldo y otros que animaban la velada,porque Fernando no puede ser el único responsable de la música y los chistes:)
Nunca tuve un perfil alto en este blog pero los conozco a todos. Abrazos.
Querida MAROSA:
ResponderBorrarNo está mal citar a los grandes filósofos. No es "intelectualear" el hacerlo. A menos que se haga para demostrar que uno es muy léido. Pero esos señores han dicho y escrito cosas muy importantes, nos han abierto la cabeza y leyéndolos se encuentran tantas cosas que tienen que ver con nuestras vidas y nuestro mundo, que a veces no puede uno resistirse a compartirlas. Está bien joder, a mí también me gusta, pero tengo épocas, a veces también me gusta tomarme las cosas en serio y que alguien me las haga ver desde otro ángulo.Y lo de elaborar ideas propias está bien. Pero a veces, hay cientos que expresaron esas ideas mejor que uno y está bien no olvidarse de eso.