E N T R A D A S
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E T I Q U E T A S


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8 de noviembre de 2006

Cuentitos


el tipo

El tipo no sabía dónde estaba parado.

Lo agarró el tiempo distraído entre dos esquinas y el agua contra los cordones de la vereda lo dejó sorprendido.

Si todavía el agua corre contra los cordones y algunos adoquines todavía brillan, por qué sin embargo ya no.

El puño de la camisa le hacía una cosquilla desagradable y malhumorante en la muñeca. Ahí vio que la cosquilla emergía entre una multitud de otras sordas, mínimas y apenas percibidas molestias que poblaban su cuerpo hacía décadas y que no las sentía pero sí. Ahora era la hebilla del cinto que insistente se clavaba un poco más abajo del ombligo y algo más arriba del pubis, por encima de la tela del jean, cuya trama sentía como de alambre y la arrugada plantilla del champión le laceraba la planta del pie y el cuello de la camisa le cortaba la nuca como una sierra y el peso de los testículos se le hizo insoportable y sintió los músculos oprimiendo los huesos como mármol y sintió los huesos pinchando la carne como huesos y sintió los intestinos con su odioso contenido invadiéndolo y el ensordecedor timbaleo del corazón que sacudía rítmicamente todo y el calzoncillo metido entre sus glúteos violándolo y la oprimente malla del reloj pulsera esposa grillete hundida en la carne.

Entonces se despojó.

Lo que primero cayó al suelo fue el reloj y luego la cascada de ropas pellejo desosado envoltorio corsé sobre los brillantes adoquines.

El tipo no sabía dónde estaba parado.

Lo agarró el taxi distraído entre dos esquinas y el agua contra los cordones de la vereda lo dejó sorprendido. Agua gris veteada de rojo reflejando el lila neón boliche.
Si todavía el agua corre contra los cordones y algunos adoquines todavía brillan, por qué sin embargo ya nada me molesta.





cambio no esperado

No podía saber qué le pasaba
Siempre tan organizado, no orgánico sino organizado
Tan vital para él la ortogonal
Tan básica la recta rectitud de las cosas rectas
Tan importante la importancia llevada a tiralíneas
Pero hoy algo estaba distinto
Algo había pasado que no le había permitido obsesionar la mesa
Hoy él bajó la guardia, la vieja guardia, la guardia vieja
Su mesa era un nido de objetos dispersos sin una sola línea conectora
Hojas de papel mezcladas y desalineadas desaliñadas desalienadas
Bolsas de nailon del súper arrugadas desgarradas y vacías o casi, con algún pancho olvidado.
Placas de tórax superponiendo aleatoriamente sus semitransparencias, sus claroscuros de acetatos de oscuros pronósticos
Aceitosos platos apilados como pilas de monedas fracturadas
El bolso de la cámara con la máquina salida a medias de su útero, como para verlo todo a medias.
Los encendedores decorando la mesa sin un solo ángulo parecido al recto o al llano.
Y alguna ropa sucia abrazada a un mantel de bolillos catarinenses y algún pegote de huevo y algún círculo de café ya reseco sobre la cerejeira de la mesa.
Ni una sola recta conducente a otra, ni una sola curva cerrada en si misma, hasta la misma tabla auxiliar de la mesa estaba vencida y colgaba hacia abajo en un impreciso ángulo. Hasta los cuadros de la pared colgaban tímidamente desnivelados, ya que un desnivel neto se convierte en una nueva pauta de orden.
Solo aleatorios y angustiantes orgánicos espirales, bollos informes informadores de la angustia. Desniveles infinitos entre objetos extranjeros formaban un todo inasible e incierto.
Por eso todo eso le produjo un profundo desasosiego y estuvo a milímetros de un ataque de pánico.
Por eso no supo lo que le pasaba cuando se sentó en paz a llenar su vista y sus sentidos de todo ese caos y se descubrió disfrutándolo hasta las lágrimas, como a un cuadro del Greco.




el Julio

Salió de su dormitorio de plástico a las 2 de la tarde, solo.
Con naturalidad saltó a la vereda y dejó a la puerta cerrase, que se cerró amable, tiernamente tecnológica, sola.
Se desperezó sin desesperarse, en medio de la calle, como si estuviese solo.
En medio de su salto vi que tenía una media sola.
Era en realidad una media-media sola.
O una tercia media sola.
Le cubría el tobillo solo
Le descubría el talón, solo.
Le volvía a cubrir, la media digo, solo la parte central del pie.
Y le volvía descubrir solo los dedos solos
Era una media que se volvió gris y sola, malabrigando ese pie solo.

El otro pie, el izquierdo, desnudo de media y vestido de roña.
Roña engañosa, roña que parecía media, pero era roña entera, maloliente y negra roña.

Me imagino que se llama Julio aunque estamos en Agosto.

Julio caminó solo, seguro y sin verme por Canelones al Oeste con paso que hubiera tenido cierta nobleza de viejo noble solo. Aunque Julio es joven.

Pero su paso era vacilante. Apoyaba seguro su derecho pie enmediado-enmendado protegido por su gris sola tercia-media, pero inseguro y apenas apoyando, con algo de bailarina el enroñado solo y descalzo pie izquierdo, tocando medroso las frías baldosas.

Un pedazo de trapo solo, hace noble al hombre.

Paró solo en un zaguán y meó noble y despreocupadamente, con la seguridad de la costumbre y una olímpica indiferencia por la mirada ajena. Sacudió su solitaria herramienta sucia de mil orines, la malguardó y al pasar por mi lado, sin verme, de vuelta a su dormitorio, me regaló una vaharada de fruta fermentada, de podredumbres encerradas en nailon, de pantalones impregnados de viejos sémenes, de hongos de la entrepierna , de milenarias transpiraciones. No sé si se dio cuenta. Creo que si. Creí adivinar una semisonrisa, sola, en una de sus comisuras ocultas por su barba negra, antes de hacer su entrada segura y propietaria a su dormitorio-contenedor de basura municipal.
Otra vez la puerta del contenedor se cerró tierna y lentamente tras su habitante.
Julio vive ahí, en Canelones y Convención. Cuando quieran pueden ir a visitarlo.
Su casa es como una pequeña casa de muñecas verde y apenas cabe él con su familia, la mugre. Pero habría que visitarlo, aunque quizá prefiera estar solo.
Me cayó bien el Julio, así, solo.




sueño
Te juro que la vi más linda la misma esquina rara diagonal la misma rotonda de 20 de Febrero esquina Industria ahí en el corazón del Villa había como más casas pero menos era como otro país otro mundo no sé si de antes o de después una luz de otoño a las 8 de la mañana parecía de antes porque pasó un cachilo como del 30 descapotable con una pareja de veteranos y en el asiento trasero una maceta con una hiedra que cubría todo el auto se metía entre las viejas chapas se agarraba al terciopelo de los asientos rojo desvaído el terciopelo beyecito el auto verde oscuro la hiedra las calles amplias limpias una luz como de otoño a las 5 de la tarde una amiga no sé quién era caminando en diagonal con un tapado de paño una boina de lana una felicidad rara no estaban los bloques de viviendas sí estaban las casitas del barrio obrero bueno los bloques estaban pero eran otros un Reus luminoso suburbano como pintado por Gurvich finas líneas escapaban sutilmente a la ortogonal acentos violetas lleno de niños sueltos juegan sin pedir no hay ómnibus solo cachilas abiertas pasajeros cascos de hojas amarillas brisa suave luz de otoño a las 9 de la noche te juro que la vi.























la tia


¿Te acordás que la tía hacía manualidades? ¿Y de ese olor raro de la cocina a pintura de telas mezclada con algún condimento de esos que ya no se usan? Empezó todo cuando se murió el Bubby, el pomerania negro y blanco que le lamía los dedos de los pies cuando ella se quitaba las chancletas. Después murieron las cotorritas de la jaula del patio chiquito, de a poco, de frío y de silencio, al igual que las plantas de las macetas del pasillo, cuando ella ya no se podía levantar. Entonces se puso a hacer bordados sobre pana negra, sacando los diseños de aquel libro enorme que nunca supimos de dónde había salido y que servía de apoyo a la colección de porcelanas en miniatura. Después una cosa trajo la otra y dejó los hilos de colores por la pintura y empezó a hacer aquellos paisajes de ríos lilas imposibles que desafiaban a la gravedad , aquellos puentes de piedra que parecían de cartón porque de no serlo se habrían caído, aquellos árboles tropicales o casi, coronado todo por montañas puntiagudas de picos muy blancos sobre la pana negra. Cubrió todas las paredes verde agua con sus obras en bastidores de misterioso origen, hasta que todo lo verde quedó tapado de fosforescentes paisajes en negra pana.
Con la luz apagada las cumbres blancas de las montañas refulgían como constelaciones.
Cuando la tía murió no sabíamos qué hacer con todo eso. Nunca supimos de dónde sacó los bastidores ni quien le había armado los cuadros. Unos con vidrio y otros no. Cuando descolgamos aquella inquietante retrospectiva hecha de puentes, avenidas, alamedas, jardines, garzas, cabañas y muchas montañas, quedó un perforado paisaje verde agua, jaspeado de clavitos y revoque roto. Amelia se llevó cuatro o cinco cuadros y las porcelanitas. Yo me llevé el elefantito con el peso enrollado. Los otros cuadros los mandamos a una beneficencia. Y fue cuando Beba, la empleada de Amelia, pretendía quitar el polvo a "Montañas y luna sobre un lago de Suiza", que la raída pana se rajó y abajo apareció aquel Blanes inesperado e inexplicable. A mí me sigue gustando más "Montañas y luna sobre un lago de Suiza".





















2 comentarios :

  1. ¿¡Cómo es posible que nadie haya escrito nada aquí?! Tratando de reparar este error de distracción vengo a rescatar algunas cosas de aquí que me encantaron: el despojarse de todo de "el tipo".Salvando la diferencia de sexo, cuántas veces uno se ha sentido asi! Después me encantó lo fuerte y libre que se siente Julio en medio de toda esa mugre mugre y no la otra mugre metafórica que rodea a otros tipos que viven en casas de plástico metafórico también. Luego, rescato para no hacer eterno el comentario,
    la novia lesbiana ¡me encantó el detalle! y esa preocupación del narrador por su falta de memoria. A mi me pasa que pierdo partes de mi vida, irrecuperables y valiosas, en el torbellino del tiempo, el muy implacable. En la cabeza de todos hay casas de azulejos, vacías. Más largo aburre.

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  2. Vine e hice un saqueo de fotos e imágenes. Ya veremos que sale. ¿Por qué no subís esta entrada?

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