E N T R A D A S
_____________________________________________________________________________________________________________
E T I Q U E T A S


_____________________________________________________________________________________________________________

6 de septiembre de 2008

EN CIERTO MODO

Era el 10 de octubre de aquel año cuando la vio por primera vez venir caminando hacia ellos por la vereda. Ya se le había dicho a Ismael que había que parar con aquel juego peligroso y excitante de tomar mujeres por sorpresa en la calle, besarlas en la boca y estudiar sus reacciones. Ernesto se lo había dicho, que había que parar, pero tímidamente se lo dijo, contradecir a Ismael no era fácil. Ismael tenía ese impulso transgresor y una energía furiosa. Era mulato Ismael y muy fornido. Nariz gruesa de poros abiertos , como de bebedor, que no lo era. No en demasía. Estaba siempre borracho, pero de rabia, de una rabia sorda e irónica, gratuita. Un tipo raro. Feo, con una suerte de perversidad sutil que lo hacía atractivo a las mujeres. Y a los hombres. Se le adivinaba una historia oculta llena de experiencias inconfesables. Nos daba a todos un miedo sexual, algo un poco animal. Sus historias siempre eran elípticas, dejaban entrever cosas. No le conocíamos empleo y nunca entraba a las clases y no sabíamos si estaba inscripto en los cursos. Su ámbito natural eran el bar y la calle. Y las asambleas. Pensamos por un tiempo que sería un infiltrado de la policía pero lo vimos formar parte de la fuerza de choque del partido Comunista y eso lo libró de sospechas.
Sabíamos que vivía en un rancho allá por Toledo, calle de tierra, zona que en aquel entonces y para nosotros estaba como envuelta en una niebla de marginalidad imaginada. Bueno, que aún hoy no sé qué hacía Ismael entre nosotros. Había iniciado a Ernesto en el LSD y a mí en el uso de la bencedrina para pasar en vela las noches anteriores a los exámenes y había inventado ese juego loco de ponerse a caminar a la par de alguna joven elegida al azar, y sin mediar palabra, tomarla por los hombros y besarla en la boca. Qué dominio mezcla de repulsión y cálida atracción ejercía Ismael sobre nosotros no lo puedo decir y tampoco sé por qué nos plegábamos a esa campaña besadora y absurda que nos producía desagrado, culpas y cierto temor. Pero todo era preferible a caer en el desprecio de Ismael. Con su sombría y densa personalidad de presidiario dominaba nuestras vacilaciones de niños bien y también nos dominaba con esa sonrisa que no se terminaba de formar. Lo temíamos, lo respetábamos, lo odiábamos, lo despreciábamos y nos fascinaba.

Pero bueno, como decía, ese 10 de octubre, cuando Ernesto la vio por primera vez venir bajando por la vereda de la universidad, así, tan rara, pelirroja, ojos verdes tan tristes, botas largas y esa pollera escocesa, ojos tristes tan verdes y un aire tibio que la rodeaba, Ernesto rogó en voz baja que Ismael no la eligiera para su experimento del día. Sabía lo que pasaría si lo hacía. Sabía que no lo iba a poder soportar. Y no sabía por qué. Así que cuando Ismael la miró y empezó a caminar hacia ella, Ernesto se hizo de un coraje que no tenía, le puso la mano en el hombro a Ismael y le dijo: “dejala, esta dejámela a mí”. No le alcanzó el valor para decirle que la dejara seguir su camino, decirle que estaba harto del juego, tuvo miedo de parecer pusilánime ante Ismael, pero no soportaba la idea de que él la tocara. A ella no. Así que Ernesto decidió jugar él. Se acercó a ella, caminó unos pasos a su lado, le tomó la cabeza con las dos manos y la besó en la boca con vergüenza y rabia. No hubo reacción. Él le susurró: “perdoname” mientras iba separando suave las manos de su cabello. Ella sólo lo miró con la tristeza instalada en los ojos, la misma que la venía acompañando antes. Inmutable tristeza. El quedó congelado envuelto definitivamente por un perfume denso que se le clavó en el estómago. Supo Ernesto que ella había entendido todo. Sabía todo.
Ella se acomodó la blusa y siguió caminando, sin apurar el paso.
Ismael miraba desde la esquina del bar, con su sonrisa inconclusa.

Bueno, en suma, que Ernesto estuvo varios días llevando en las manos aquel cuello tibio, el cabello rojo y el perfume amargo.

Cuando la volvimos a ver fue en una asamblea de aquellas que se hacían en el hall. Recostada a un pilar de la escalinata de mármol estaba. Igual la pollera escocesa, igual la tristeza.
Ernesto se le acercó, con las piernas pesadas y le preguntó:
-¿Estudiás acá?
-Sí, igual que vos.
-¿Me perdonaste lo del otro día?
-El otro día no pasó nada. Nada pasa si yo no quiero.
-¿Querés ir a hablar a otro lado?
-Sí, vamos a la rambla.

Yo no quise ver más y no quise oír más. El perfume me había empezado a alcanzar y tuve miedo.

A partir de ese día empezaron a salir ella y Ernesto. La pasión de Ernesto nos envolvió a todos, era tan fuerte y nueva que nos mareaba. Dejó de drogarse y empezó a emborracharse día y noche con sábanas húmedas, se transformó en un cavernícola de cuevas saladas, se ahogó en el amargo perfume y viajó en mil escalas de ombligos y pelos, pezones y axilas sudores y pliegues hasta llegar finalmente a la tristeza muda de aquellos ojos verdes. Ernesto vivía en texturas y Ernesto vivía en olores y en yemas de dedos y alientos y pecas y lenguas y surcos y alegres tristezas.

Y cuando a Ernesto ya no le quedaba casi nada de Ernesto ni en la cabeza ni en el cuerpo conseguí un día que saliera a caminar conmigo como antes, por las canteras del parque, para que hablara, para que me tiñera un poco con esa jubilosa tristeza verde que ya le quedaba grande. Y fue así que los vimos desde lo alto del acantilado. Estaban allá abajo, recostados contra las rocas, al lado de la cascada artificial. Agitado y jadeante Ismael, con su sonrisa a medias, envuelto en las piernas rosadas. Vestida con su tristeza estaba ella, abierta la pollera escocesa, con la vista fija en el mar verde.


Los tres dijimos lo mismo. Que Ernesto había tropezado y se había caído al abismo. Era cierto, en cierto modo.

41 comentarios :

  1. Magistral... Te demoraste unos días, pero valió la pena.El relato es perfecto, y la historia me deja ese sabor amargo de las cosas de calidad al que ya me tenés acostumbrada.
    Sos un genio, querido Santi. Estoy empezando a concluir en que todo lo hacés bien.Un abrazo.

    ResponderBorrar
  2. Qué alegría me dio encontrar este texto padrino. Y no digo más por ahora (por cuestión de tiempo). Qué alegría.

    ResponderBorrar
  3. He reído paseando casualmente por tu espacio de "bobadas" y maravillado con lo que hoy relatas: sublime tu escrito que ahora ya es un poquito mio.
    Gracias por invitarme a tomar café.

    ResponderBorrar
  4. Qué te puedo decir, Santi... me voy con un sabor ácidosaladoamargo de lágrimas y sudor y saliva... Y con una tristeza que me envuelve...

    Qué bien escrito.
    La puta madre.

    ResponderBorrar
  5. Tu historia tiene sabor a hiel y amargura pero encuentro en su fondo como un hálito de poesía y esperanza que le da vida y la hace hermosa.
    Me ha gustado leerte.
    Y muchas gracias por visitar mi blog.
    Saludos desde Asturias
    Emma Rosa

    ResponderBorrar
  6. Qué extraño regusto a miel y a lágrimas saladas dejan las historias que son inevitablemente tristes... Es precioso el texto Santi.

    ResponderBorrar
  7. Pobre Ernesto! Pero ¿Qué esperaba?

    ResponderBorrar
  8. Otrosí digo: Si seguís así nadie te contratará para guiones de teleteatro.

    ResponderBorrar
  9. santi
    me gustó mucho el relato. la conmoción se siente de entrada.

    saludos!

    ResponderBorrar
  10. Maldito o bendito ese amor unilateral que lo puede todo mientras crees que es de dos. Sólo de uno y del otro, y que al saber mezclado tu sudor y tu saliva, y tu humedad y la suya resbalando por otro cuerpo que no es el tuyo ni el suyo, caes al abismo de la sabiduría. Maldita sabiduría o bendita.
    Te contesté en mi blog y no sé si viste que le hice mi propio homenaje a Idea Vilariño y que supe que ya está recuperada y que asistió a un evento (ahora no recuerdo de qué),días después de su ingreso. Quería decírtelo, porque agradecí mucho conocer a esta poetisa desde tu blog.
    Un saludo.

    ResponderBorrar
  11. Gracias por tu visita a mi sitio. Mucho honor evocar a Idea Vilariño. Me gusta tu trabajo y las fotos, la búsqueda de detalles me identifica. Saludos.

    Vicente

    ResponderBorrar
  12. Tiene algo de mar ,de marejada, de olas, de gloria y tristeza tu relato. Tiene fuerza. Gracias por compartirlo. Un beso.

    ResponderBorrar
  13. Santi:
    Acá estoy, devolviéndo la visita y confirmando... inexorablemente confirmando que por causa o efecto se siguen juntando los buenos. Los mismos que algún día daremos el asalto final. Y ese día... ese día se agotarán la grappa con limón y las alpargatas. Las milongas de Alfredo y Cabrera serán nuestro himno, mientras el Darno seguirá cosechando el trigo de la luna. Y mientras ellos huirán, nosotros todos nos daremos abrazos por todas las esquinas. Qué lindo es ver que la gente buena se siga juntando. Yo, feliz....
    Le mando mi mejor abrazo desde esta orilla del Mediterráneo.
    (Yo tampoco le pido permiso para agregarlo a mis links... que va...)

    ResponderBorrar
  14. Has vuelto a colgar "ropa en los balcones". Ropa mecida al viento, jirones de nosotros desprovistos del cuerpo que los aloja, dispuestos a dejarse mecer por la intemperie...¡Me gusta!

    ResponderBorrar
  15. Notable. El mismo paisaje se ve distinto un metro más allá ¿no?
    Sos un maestro

    ResponderBorrar
  16. Bueno. Tratemos de contestar a todas estas amables visitas.
    Les contesto a todos juntos para no hacerme trampas y decir que tengo 30 comentarios y que 15 sean míos.

    FLAQUITA:
    Más maestra será usted (como dicen los músicos)Ni magistral ni perfecto, pero uno va tratando de pulir de a poquito y aprender algo de los maestros de verdad.

    VACHI:
    Estoy esperando que entres con más tiempo. Debés de ser la única que se puso alegre con este texto. Je Je.

    YOLIJOLIE:
    Hoy te invito con una caipirinha.
    Mirá que el cuentito lo tengo registrado che. Pero bueno, te lo regalo un poquito.

    ANDREA:
    Che, lo salado no era por las lágrimas ni por el sudor ni por la saliva...

    EMMA:
    Gracias por pasar asturiana. Qué tierra la tuya. Algún día la conoceré.

    MARISA:
    Hola amiga. Siempre por aquí, gracias. Sigo con la deuda de los manuscritos de Idea. Los enviaré cuando logre achicar el archivo.

    PASCUALERO:
    No me digas eso, justo cuando iba a arreglar con la Globo...

    ELLA TAMBIÉN:
    Gracias che. Me parece que si algo conmociona esto es por ser un poquito verídico. Sólo un poquito.

    MEDIA LUNA:
    Precioso comentario. Gracias. Lo de Idea me parece que no es así. Debés de haber visto una noticia algo vieja. Sigue sin poder moverse mucho y no creo que haya concurrido a ningún evento. Hoy voy a llamarla. Sería buenísimo que fuera como decís.

    VICHOMARTÍN:
    Gracias. Tu blog es magnífico.Me da placer que un tipo tan joven se identifique en algo conmigo.

    LAPEORDETODAS:
    Sí, el mar estaba ahí, a pocos metros, pero no sé por qué no lo nombré...

    GATO:
    Hola, ¡Qué suerte que pasaste!!
    Tu blog es tan uruguayo que asusta y uno ahí se siente como en casa. Qué lindo debe ser entrar ahí para los yoruguas que andan yirando por el mundo. Ando con ganas de colgar cosas de Fernando Cabrera en estos días.

    MARISA II:
    Sí viste, pero esas son toallas húmedas. Para secar el "sudor fosforescente", como dice García Márquez.

    ResponderBorrar
  17. HOLA GERMÁN:

    Repito lo que le dije a la Flaca: más maestro será usted.
    Hace un mes que no actualizás che. Y uno acá, esperando. Otro medio borrado es el Fede, espero no se lo hayan comido las abejas.
    Un abrazo y colgá algo.

    ResponderBorrar
  18. Santi: ¡¡¡Jijiji!!! ¿Acaso te estarás refiriendo a otro fluido corporal????

    Hablando de sabores, no, no me olvidé del noble ovino... si es mi cuadrúpedo preferido (hablando de parrilla; para andar al trote prefiero el caballo).

    ResponderBorrar
  19. ...pero como fue que Ernesto podia renunciar a ser el enamorado de la muerte?,

    no siempre puede tenerse ese privilegio ... y por supuesto, es el fetiche de la escocesa, no me cabe duda.

    No, todavia no me hice zangano, la verdad que todo lo que tengo mas el Dante llegando me provocan desasosiego y morriña...

    Impresionante como es usual, con un plus agregado en ese sujeto que es Ismael, no hubiera sido lo mismo si no fuera tan pervertido, , es Ismael el que se roba mi suspiro enamorado...

    Vuelvo, siempre estoy volviendo, no me borro, solo me hago etereo...un abrazo y salu!

    ResponderBorrar
  20. Te deje otro comentario en el post de Nosfell con un dato interesante....

    ResponderBorrar
  21. creo qu es la primera vez que paso por aca o la segunda,no se,no me acuerdo bien.
    la cosa es que me gusto el blog,el texto,la imagen pincipal,me gusto mucho santi!
    besos,espero pasar mas seguido.

    ResponderBorrar
  22. Hola Fede el etéreo:
    Al final pasaste por aquí che. Qué bueno que te gusta Nosfell. Tengo unos videos fabulosos, mejor que esto que hay en Youtube. Hay una canción del loco, algo vieja ya, que se llama "Mindala Ginka" que me parece sensacional.
    Te confieso, yo también estaba enamorado de Ismael...Je.

    ResponderBorrar
  23. Hola Maguita:
    Si, ya habías pasado hace tiempo. Y yo pasé por tu blog y me gustó mucho también. Una vez te dejé un comentario diciendo que te parecías a una de mis nietas, por la cara de foragida.
    No sé si mi blog está más o menos bien o está mal. Lo que me gusta es que siendo el blog de un viejo, no entran viejos. Bueno, alguna "madurita" entra. Y la foto principal como la llamás, está cambiando siempre porque a los dos días o tres me aburro y pongo otra.
    Abrazos
    Santiago

    ResponderBorrar
  24. Leí en voz alta el cuento a Graciela y el comentario fué la sensacion que nos dejó de estupor ante tanto talento.en realidad la frase fué: ¡Qué hijo de puta!

    ResponderBorrar
  25. Santi: con esa boquita, Juan come chivito al coco, pero no convida, hijunagransiete!!! Nos dejó esperando la receta...

    ResponderBorrar
  26. Qué buena la foto, Santi.
    Vos estás mostrando un Montevideo diferente al de las fotos turísticas.Ayer de noche fui al centro, cosa que no hago muy frecuentemente. Por influencia tuya me pasé mirando para arriba. Si bien varias veces estuve a un tris de darme un porrazo, descubrí un Montevideo distinto del que uno anda a ras del suelo.

    ResponderBorrar
  27. Me alegró ver un relato, con el tiempo y la dedicación merecidos, que saliera de tus entrañas, memoria, vivencias y tergiversaciones, padrino. Me alegró mucho mucho; obviamente no fue que el relato en sí mismo fuera una oda a la alegría je je. Toy tratando de volver a la cancha :) Pasa que estando muchos días leyendo en papel (como Dios manda!! jaja) después me duele la vista al volver a la compu así que voy volviendo despacito.
    Beso grande.

    ResponderBorrar
  28. Yo me dije...Voy y leo rapidito y me voy....Aunque sea leo y no escribo nada...y también dije...no es justo que le escriba...a Andrea todavía no la visité!!!Qué maravilla! Una exquisitez esa imagen de las piernas rosadas y la pollera. Una hermosura de cuento,de los mejores tuyos. No analizo nada, pero qué bueno que es cuando en un cuento uno puede comprender el punto de vista de todos los personajes...Me voy corriendo y te dejo un besote para ti y otro para bea.

    ResponderBorrar
  29. Hola Santi,
    por causas causales tropecé en tus palabras, me llegaron, (blog de lola y qué es poesía) de ahí mi curiosidad me hizo pinchar tu imagen y...como Alicia entré en tu cueva.
    Interesante mundo el tuyo.
    Acabo de poner pie, pero ya me hice adicta, de tus testículos, tus tonterías, y tus...seguidores-as.
    Me declaro exploradora virtual de este espacio.
    Saludos compi.

    ResponderBorrar
  30. Me gustan mucho tus historias, Santi. Es que te imagino contándolas con un matecito en la mano o una cerveza.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  31. No sé por qué razón yo pensaba en ti como alguien distinto.
    Ni mejor ni peor, sólo que diferente.
    Siempre me han "fascinado" los relatos, el relato en general y éste en particular.
    También yo me enamoré de Ismael.

    ResponderBorrar
  32. Hola María Jesús:
    ¿Qué pensaste? Me devora la curiosidad. ¿Distinto como? ¿Por lo de Ismael decís? ¿Escribí algo raro o inconveniente?
    Mira que lo de Ismael era un juego. Soy aburridamente hetero.
    Por favor, ampliar!!!
    Un abrazo
    Santiago

    ResponderBorrar
  33. Je, je, je, je. No me refería a eso, Santi, en absoluto. (De todas formas, sería muy, pero que muy respetable cualquier opción).
    Lo decía porque,las veces que te he leído, he imaginado de ti alguien quizás menos observador, menos intuitivo, menos... No sé, menos; lo cual no significa, repito, ni mejor ni peor.
    En fin, que no sé cómo explicarme.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  34. ROSSANA: (nunca sabré cómo se escribe tu nombre)

    No pensé que pasaras por aquí con ese loquero del concurso. Pero secretamente te estaba esperando. Y cuando pasaste, bueno, fue la cereza de la torta. Ninguna lista de comentarios está completa si faltás vos. Gracias. Tengo mucho miedo de que te acostumbres a esto de no postear y ya no vuelvas. Extraño mucho tus historias de finales terribles.

    ResponderBorrar
  35. Bienvenida ANTONIA a estos aquelarres transoceánicos en que los señores estamos en clara minoría. Trataré de visitarte ya y exploraré con malsana curiosidad tu espacio.
    Un abrazo

    ResponderBorrar
  36. Hola querida Marta:
    Qué suerte que no has desaparecido del todo. Siempre estaremos esperando la resurrección de RELATARIA. Je, Sí, suelo contar esas historias y otras a los amigos en los asados en la cueva, pero nada de matecito ni cerveza. No soy un uruguayo típico. Mis bebidas preferidas para la narrativa oral son la caipirinha, el vino, el tequila y a veces, el ron. El whiski tampoco me gusta. Ahora bien, si me tomo varias caipiras y luego sigo con vino, en lugar de contar historias, termino hablando de sexo en un francés inventado. Algo bastante vanguardista.

    Un abrazo.
    Siempre paso por tu Desván.

    ResponderBorrar
  37. Qué alegre andás últimamente VACHI.
    ¿no estás podrida de este cuentito?
    Voy a colgar algo nuevo, mío o de alguien para seguir alegrándote.
    Besos
    El Padrino

    ResponderBorrar
  38. No, no estoy podrda de este cuentito, porque a raíz de ciertos comentarios intento descubrirle ciertos misterios que no me queda claro si los tiene o no. ¿VEs? ESas incertidumbres y cosas que provocan los relatos, sólo pasan cuando son tuyos. O por lo menos si son tuyos es que voy a buscarles la vuelta darle los mil sentidos. Si son de otros, siento que ese trabajo ya lo habrán hecho muchos y que estará todo el pescado vendido:)

    PD No ando tan alegre como parezco, no creas jiji. PEro sí con mucho menos peso, por haberme sacado tremenda prueba de encima. Ya vendrán más, pero faltan como dos semanas, así que por lo pronto, disfruto de mi paz y tiempo libre. Paz... bueno... paz, sí, por qué no. En fin. Besos grandes padrino:)

    ResponderBorrar
  39. Pienso volver. De ningùn modo me pienso privar de esto para siempre!!!! Los extraño mucho. Un abrazo Ross

    ResponderBorrar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

RANKING

Wikio – Top Blogs