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E T I Q U E T A S


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7 de febrero de 2008

Grelhas azúis

Como me lo había imaginado. Ni más ni menos. Antes nunca un viaje había sido tan igual a lo pensado. A lo pensado antes. Bueno, a eso fui, a meterme adentro de la mata. Rodeado, aplastado, envuelto por hojas y ramas, por arriba, por los lados, por abajo, trepado de humedades humosas que subían desde colchones pútridos de hojas. Juro que había ranas y lagartijas tan minúsculas como insectos y hormigas casi tan grandes como ratones. Y juro que las mariposas eran violetas por arriba mientras que por abajo imitaban los nudos de las plantas con inquietantes y tatuados ojos falsos. Y juro que no había tierra sino hoja sobre hoja sobre semilla sobre fruta sobre insecto muerto árbol sobre árbol desde árbol. Bueno, eso y más es la Mata Atlántica que cubre la costa brasileña desde la Sierra do Mar hasta encontrase con las dunas y las olas.
No es la Amazonia ni mucho menos, pero a nosotros, los habitantes de las praderas del sur, nos lo parece.

Y ahí, en ese descontrol de clorofila y humus, en esa penumbra vegetal espesa, si uno mira bien arriba hasta encontrarse con la luz deslumbrante entre las hojas ve las siluetas recortadas e inquietas de todos los pájaros del mundo.
Y bueno, una tarde los vi. Eran diez o doce pajarracos grandes y ruidosos. Parloteaban sin parar con gritos que parecían de protesta. Un filete de vivo color naranja bordeaba las comisuras del pico corto y agudo. Después venían cada tarde, casi a la puesta del sol. Mi ignorancia ornitológica es muy grande pero me parecía que alguna vez había sabido el nombre de esos bichos o había visto alguna imagen. Le pregunté al dueño de la posada y me dijo: “Elas são as grelhas azúis”Mágico. El nombre me pareció mágico: Grullas Azules.
Y ahí las empecé a mirar distinto, a pesar de que yo muy azules no las veía, más bien las veía negruzcas. Hasta que un día cayeron unas plumas y eran del azul ultramar más lindo y tornasolado que se pueda imaginar, oscureciéndose hacia los bordes.

Vuelto a Montevideo le conté esta historia simple a mi anciano padre que siempre gustó de las cosas de la naturaleza. Y él va y muy suelto de cuerpo me dice: “Esas son urracas y no son azules, son negras”
Y me quedé pensando por qué los uruguayos a las grullas azules les llamamos urracas y al azul más hermoso lo vemos negro.

No pongo una foto porque a causa del contraluz las grelhas azúis me quedaron negras.

Para que se vea el azul hay que mirarlas desde lo alto.

10 comentarios :

  1. En Brasil todo es lindo, hasta las urracas.
    Siempre maravillosa tu forma de contar.

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  2. Qué precioso que está contado esto! Me creí todos tus juros y me parecía estar en un lugar de fantasía posible donde no hay piso, tierra sino acumulación de todo eso que nombrás ahí. Así que lo de abajo me encantó y lo de las grullas, espectacular. Casi las veo. Me morí de la risa con la respuesta de tu padre. Es tal cual. Nosotros somos así, pero también podemos ver las cosas desde lo alto, como tú. Parece que lo hubieras visto de abajo al principio, atravesando capas pero que después hubieras despegado. Yo te creo. Eran grullas azules. Las urracas para mí todavía son las de los dibujitos animados (las dos) de cuando era chica. Y nunca me gustaron. Pero grullas azules...espectacular. Te agradezco tu comentario en mi sitio. Habría mil cosas para comentar sobre lo que pusiste. Pero me quedo con una. Eso de "..no sé si hice bien..." Lo hecho, hecho está, y por algo fue, aunque ahora nuestra memoria emocional esté llena de dudas...Me gusta tanto este diálogo contigo que lamento no haber aprovechado en otros tiempos el diálogo en vivo y directo. Gracias por tus palabras de aliento y por aplacar molestias (ya fueron) y sugerir cosas y estar siempre al toque. Abrazo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Fui yo la que suprimió, porque me había salido dos veces lo mismo. Sorry

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  5. Santi: Otra vez bienvenido a la contundente realidad, esa que te acompañará hasta las próximas vacaciones.
    Tenemos una maldita capacidad de cambiar las cosas y darle el nombre que nosotros queremos, aunque los libros, la historia y el mundo les haya dado otro. Somos humanos y tenemos "eso" que no se como llamarlo, con lo cual vemos negro al azul más hermoso, llamamos urracas a las grullas y también vemos Amazonas donde hay mucha vegetación junta.
    Somos humanos Santi, humanos!!

    Besos
    Sil

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  6. Santi, lo tuyo está cada día mejor, cada día más tenso, más preciso, más real. Un buen golpe para mi esta vez.

    Sil: tu comentario sobre la realidad se parece a lo que diría K. La jodida realidad no es ésta. La realidad son las vacaciones.

    Sil: los humanos ponemos nuestros deseos en la realidad. Eso se llama hambre de sentido. Animales en las nubes, canales en Marte, mensajes en las casualidades, amor en el deseo, deseo en el amor.

    Pero a veces, la realidad...

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  7. Fantasma: Estás filosófico, poético y agudísimo como siempre.Pero por lo menos mandame un saludito.¿ta?

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  8. Por un momento pensé que se trataría de alguna aventura de Indiana Jones. Buenas descripciones de los pájaros. Y de los uruguayos.


    Saludos!
    K

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  9. Pero K, claro que es una aventura de Indiana Jones. Pero más bien estoy influido por el Tarzán de los Monos de Jhonny Weissmuller.

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  10. Sofocantemente hermoso.
    Muy buena prosa, me gustó el remate.

    Aunque soy argentino, tengo la misma sensación que vos, veo urracas por todos lados...

    Un saludo, nos estamos viendo.

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