E N T R A D A S
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E T I Q U E T A S


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22 de octubre de 2007

EL AVIONCITO

Y sí, el murito era de aquellos bajitos, coronado con ladrillos vistos, puestos atravesados. Sí, quedaban ranuras entre ladrillo y ladrillo, como de un centímetro.
El avioncito era de cerámica. Una licorera barata con forma de avión era, con seis vasitos de cerámica calzados en seis agujeros en las alitas. Tres en cada ala. Y un grifo en la panza. Era beige el avioncito y en la parte delantera tenía dos salientes semicirculares también de cerámica figurando rueditas, una debajo de cada ala y otra debajo de la cola. Pero no eran rueditas, eran una sola cosa con el cuerpo del avioncito.
La única pieza de adorno en casa era el avioncito. Bueno, la única no, estaba también la media golondrina azul de yeso en la pared, pero para mamá, su orgullo era la licorera. La limpiaba todos los días la vieja, para que brillara y se destacara su esmalte esfumado. Bueno, como te contaba, yo no podía entender ese avión ahí, parado sin volar sobre el aparador. Así que a la siesta, tomé aquel murito como pista de despegue, apoyé el avión-licorera en el primer ladrillo y lo hice carretear. Fue cuando noté que algo andaba mal. Las rueditas comenzaron a chocar contra los bordes de los ladrillos y una telaraña de fisuras se desparramó por el cuerpo de la cerámica, pero no fue de golpe. Fue de a poquito. Con cada ladrillo que las rueditas encontraban, una nueva rajadura se formaba. Pude haber parado ahí, pero no pude. Lascas filosas como navajas saltaban y se me clavaban en los nudillos y en la palma de la mano. Siento todavía ese ardor luminoso y dulce de cada tajo en los dedos, en la mano, en la muñeca, frío en el corte y tibio al correr la sangre, con algo de dolor y algo de placentera picazón. Y no pude parar. Te juro que no podía parar. Y eso que desde el principio sabía como iba a terminar todo. No pude parar hasta llegar al otro extremo del muro y el avioncito estuvo hecho polvo y mi mano estuvo hecha jirones rojos. Y bueno, de eso hace más de cincuenta años y no he podido desde entonces parar de hacer despegar aviones de barro sobre muros de ladrillo. Y sospecho que lo del avioncito lo volvería a hacer. Sí, seguro que lo volvería a hacer. Pobre vieja…

3 comentarios :

  1. Qué duro. Me refiero obviamente a la vida, no al avioncito que resultó bastante blandengue.


    Saludos!
    K

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  2. Sin duda alguna da gusto ver personas con neuronas en este mundo, si conociera a mas de 10 quizas me daria esperanzas.

    Un fragmento de uno de mis escritores favoritos:

    Como ser un gran escritor

    Tienés que cojerte a muchas mujeres
    bellas mujeres y escribir unos pocos poemas de amor decentes y no te preocupes por la edad y/o los nuevos talentos, sólo tomá más cerveza más y más cerveza.

    Andá al hipódromo por lo menos una vez a la semana y ganá si es posible.

    Aprender a ganar es difícil, cualquier boludo puede ser un buen perdedor.

    Y no olvides tu Brahms, tu Bach y tu cerveza.

    No te exijas duerme hasta el mediodía.

    Evitá las tarjetas de crédito o pagar cualquier cosa en término.

    Acuerdate de que no hay un pedazo de culo en este mundo que valga más de 50 dólares.

    y si tenés capacidad de amar amáte a vos mismo primero pero siempre sé consciente de la posibilidad de
    la total derrota ya sea por buenas o malas razones.

    Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente una mala cosa.

    Quedáte afuera de las iglesias y los bares y los museos y como las araña sé paciente, el tiempo es la cruz de todos, más el exilio, la derrota, la traición, toda esa basura.

    Quedáte con la cerveza, la cerveza es continua sangre, una amante continua.

    Agarrá una buena máquina de escribir y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana dale duro a esa cosa dale duro.

    Hacé de eso una pelea de peso pesado.

    Hacé como el toro en la primer embestida.

    Y recordad a los perros viejos,
    que pelearon tan bien:
    Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun. Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas como te está pasando a vos ahora, sin mujeres, sin comida
    sin esperanza...

    entonces no estás listo

    Tomá más cerveza, hay tiempo y si no hay está bien igual.

    Charles Bukowski

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  3. Querido lobo:

    Estoy bastante de acuerdo con el Charles B. Acá a eso de coger y chupar mucho y andar por este mundo haciendo lo que se te canta en un maravilloso estado de gracia etílica se le llama"tener boliche" o "tener mostrador" Es un factor indispensable para crear algo como la gente y salir de la burbuja burguesa. En ese camino te encontrás con los mejores personajes de la vida y también con los peores. Ahora, eso sí, la cerveza no, me sube la presión, soy más del tequila y el vino.
    Yo sé que puedo permitirme cierta actitud antirelax porque vivo en una capital pequeña con un mar alucinante en su horizonte que se ve de todos lados y te permite relativizar el infierno cotidiano.
    Bueno, un abrazo.
    En mi lista de vínculos hay unos cuantos blogs de gente con neuronas todavía operativas.

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